sábado, 4 de febrero de 2017

Adele (7)



Con todo lo que he viajado, en realidad he visto poco del mundo. He ido a competiciones de baile por todas partes, pero básicamente, no he visto más que lo que puede observarse de camino al hotel o en el trayecto a la competición. He salido harta de aeropuertos y no me preguntes en qué sitio en concreto he ganado este u otro trofeo. No me interesa. Lamentablemente, sí recuerdo penosamente los peores sitios donde he estado. Recuerdo Rio de Janeiro,  Bogotá y Nueva Delhi. En todas ellas me vi asaltada en la calle por pedigüeños molestos. Yo no me considero mala persona. No haría nunca daño a nadie (supongo) así, sin más. Tampoco deseo mal a nadie. Pero, ¿qué culpa tengo yo de los males ajenos? ¿Acaso soy yo la que provoca las desgracias? ¿Por qué entonces debería sentirme culpable de que un lisiado en la India lo pase mal? Yo no he hecho esta mierda de mundo así de injusto. Si por mí fuera, nadie tendría que sufrir. Ni el lisiado hindú ni una muchacha de catorce años a la que su madre abandona. Hay que aceptar que las cosas son así, punto.
Pero mira por donde, ahí está Lola. Cree que puede salvar el mundo, que sus ridículas contribuciones pueden servir para algo. Qué pesada... va a organizar OTRO evento para recoger fondos para la plataforma patatín, o la ONG patatán. Me pregunta una y otra vez, si voy a actuar gratis para ella... No me molesto en inventarme excusas. Odio las excusas. Le digo directamente que no cuente conmigo. Parece mentira que siga quedándose de una pieza cuando le digo las cosas como son. "¿De verdad crees, que va a servir de algo lo que haces?" No hace mucho efecto...subo el tono: "¿Lo haces para dormir con mejor conciencia? Si es por eso, qué fácil te engañas a ti misma" Bingo, ha hecho diana.
Pero parece que tiene la memoria de una ameba: deja de hablarme dos días...y vuelve al ataque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario